Creed Virgin Island Water, o la interpretación niche del mojito

Podemos argüir, sin miedo a equivocarnos, que cada casa de perfumes se especializa en una porción determinada del espectro olfativo, o cuanto menos que se hace conocida por una serie de composiciones que comparten un aire de familiaridad. Thierry Mugler, por ejemplo, es conocida por el ADN de su A*Men, por esa forma característica de la casa de trabajar las notas dulces. No se entiende el panorama de los gourmands masculinos sin la irrupción de su A*Men, Pure Malt o Pure Havane. La aportación más destacada de Christian Dior a la perfumería moderna masculina es su uso del iris. Dior Homme y Dior Homme Intense cambiaron el panorama de lo que se entendía por «perfume masculino» y fueron fuente de inspiración para reinterpretaciones más actuales (léase Valentino Uomo y Valentino Uomo Intense). Amouage, a su vez, destaca por sus composiciones opulentas, densas,  desarrollos alambicados, transiciones complejas y una lista interminable de notas orquestadas a la perfección, con predominancia del incienso. De la misma forma, Creed se ha especializado en lo que podemos conocer como «fragancias frescas». Sin desmerecer a sus creaciones que se salen de este marco, los lanzamientos más populares de esta casa son perfumes que pueden usarse sin problema durante el verano: Aventus, Green Irish Tweed, Royal Oud (si no es un día muy cálido), Millesime Imperial, Silver Mountain Water y Virgin Island Water. Y de éste último es del que nos vamos a ocupar esta semana.

 

Voy a empezar la reseña de hoy por donde la suelo terminar habitualmente: hablando de en qué escenarios se presta a llevar este perfume. Para mí, que vivo cerca del mar, la respuesta se antoja de perogrullo: para salir a tomar algo por la playa. De día o de noche. Os dejo una cascada de palabras clave con las que podáis armaros una imagen mental de lo que evoca: bermudas, camisa de lino, mojito, arena, nosaberquéhoraes. Vacaciones. Latin jazz sonando de fondo en la terraza del ático de un hotel, al lado de la piscina, disfrutando de las vistas de la ciudad mientras la brisa te anuncia que está cayendo la tarde. O en su defecto, Andy y Lucas en un minicasette sonando a todo trapo en la playa. Que ya se sabe que eso de las asociaciones es algo muy personal.

Éste look de Salva, sin ir más lejos, resume las ocasiones en las que llevar Virgin Island Water.

Virgin Island Water es un perfume informal, en el mejor de los sentidos, como ya he dicho está hecho para el verano, para aquellos momentos en los que vamos a pasear o estamos en una terraza. No es la fragancia de la que echas mano cuando te despiertas a las 6 de la mañana para trabajar. No es buena para ningún escenario excepto este. No la recomiendo para entornos laborales, ni para cuando hace frío, ni como perfume para usarlo todo el año. Hay infinidad de mejores opciones en cada caso.

Las notas más perceptibles son el coco, la lima y el ron. O, lo que es lo mismo: el aroma a mojito, a cóctel de verano. Como suele ocurrir con todos los Creeds, no se trata de un olor sintético, sino sumamente natural, la longevidad es muy buena (en mi piel es superior a Aventus) y la proyección es decente durante las primeras 3 – 4 horas. Virgin Island Water no es un olor que vaya a entusiasmar a todos, pero desde luego es un aroma único, que no se parece a ningún otro perfume.

Se puede considerar como un perfume unisex, pero en mi opinión entra aunque sea ligeramente dentro de la categoría masculina, seguramente gracias a la nota de musgo. Aun así, no estamos hablando de un Terre d’Hermès o de un Aventus, una mujer se lo podría poner sin problema (el espectro masculino – femenino de las fragancias es algo muy subjetivo, en cualquier caso).

Entonces, ¿vale la pena?

Respuesta sensata: No, a no ser que una vez que la probemos nos encante.

Respuesta sensata (versión extendida): Si vas a pagar el precio de tienda, no. A no ser, claro, que te guste muchísimo, en cuyo caso quién soy yo para poner diques al mar. Si la consigues a buen precio, tal vezCreed no destaca precisamente por su timidez a la hora de poner precios, y a partir de los 1,5 – 2 euros por ml me tiene que gustar mucho para añadirla a la colección. Como ya he mencionado, este es un perfume de usos limitados: Básicamente se presta a ser a usado únicamente durante verano y en escenarios muy acotados, informales. Con eso en mente, es razonable que valoremos cuánto estamos dispuestos a gastar en este perfume.

La calidad de esta composición es alta. Si lo que buscamos es un aroma muy natural, que huela muy bien, con ingredientes de calidad y que sea original, Virgin Island Water es una fabulosa opción. Es injusto, hasta cierto punto, juzgar negativamente a un perfume que está diseñado para verano precisamente porque no pega tan bien en otras estaciones. Así que al final no me queda sino volver al manido lugar común de «no compréis a ciegas, probadla en vuestra piel, esperar unas horas antes de pasar por caja». Yo la compré a ciegas en su día, y aunque no me arrepiento, tengo claro que cuando se me acaben los 120 ml (y eso tardará en suceder) compraré un tamaño más reducido.

Y hasta aquí la reseña de hoy. Como siempre, los que la probéis espero que comentéis vuestras impresiones en el foro

¡Hasta el próximo artículo!

aitor@sinabrochar.com

1 comentario en “Creed Virgin Island Water, o la interpretación niche del mojito”

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