Llega Agosto, mes veraniego por excelencia, que nos trae tranquilidad para algunos, festividad para otros, descanso para muchos y calor para todos. Las altas temperaturas y los días de asueto invitan a vestir de la manera más relajada y cómoda posible. Alguien dijo en alguna ocasión que «Ser elegante es saber vestir en cada momento». Por ello tan importante es saber cómo acudir a una reunión de trabajo o evento formal, como saber desenvolvernos en una playa o club náutico.
El color invade parte de nuestro armario y las prendas cortas y desaliñadas pasan a ser habituales. El lino, algodón y ramio toman mayor protagonismo en busca de atuendos aptos para situaciones relajadas.
Complementos como el sombrero y las gafas de sol pasan a ser prácticamente imprescindibles durante el día para soportar con dignidad la jornada diaria. Tiempo de retomar aficiones, viajar o simplemente ir a la playa, actividades que pueden condicionar irremediablemente los matices de nuestras combinaciones.
Avisaros que durante este mes de Agosto estaré algo más ausente, ultimando los detalles de mi libro, Glosario Ilustrado de Sastrería, que si todo sale bien se presentará definitivamente a principios de Septiembre. Desde aquí aprovechar para disculpadme ante todos aquellos que lleváis varios meses esperándolo.
No obstante, estad atentos porque, aunque con menos asiduidad durante este mes se seguirán publicando artículos y reportajes en el Blog.
Las fotos que véis en este artículo de hoy pertenecen a una escapada que hice a mediados de Julio visitando rincones increíbles en Cascais, Tròia, Setúbal, Lisboa, o Sintra, y es que Portugal siempre sabe cómo seguir sorprendiéndome.