Proceso de Americana a medida en Sastrería El 91 (Capítulo II)

La semana pasada, aprovechando mi estancia en Madrid, quedé con Paul de Sastrería El 91 para seguir con el proceso que comenzamos hace aproximadamente un mes y del que ya os hablé en este primer capítulo.
En aquella ocasión estuvimos ocupados eligiendo tejidos, viendo algunos detalles de patrones y conversando sobre las distintas posibilidades para mi futura nueva americana. Esta vez nuestro cometido sería visitar el taller, tomar medidas y… alguna cosa más que descubriremos a lo largo de este reportaje.
En cuanto llegamos comenzamos a hablar de las medidas y todo fluyó de forma muy natural y agradable. Como podéis ver, yo llevaba ese día una chaqueta Made to Measure que me sentaba francamente bien, tal y como corroboró el artesano. Por ello algunas de las medidas iniciales se tomaron en base a ella.

Sobre estas líneas podemos ver cómo se toma la medida de la costura a media espalda, y abajo vemos como se toma la medida del largo de manga. 
En la siguiente imagen el sastre nos explicaba un detalle de la costura del hombro. Y es que yo soy de hombros caídos y ligeramente adelantados y además de brazo ancho, por lo que si la chaqueta me ajusta en hombro puede formarme un efecto un tanto extraño a consecuencia del ancho de mi brazo. Y ello podría ser solucionado volando un poco más el hombro, pero yo huyo de todo detalle que acentúe mis hombros. Por ello me dijo que podría conseguir un efecto similar dando algo más de sisa.

Seguimos con las medidas, pero esta vez ya sin chaqueta. Como vemos a continuación, me están midiendo el contorno de pecho.
Entre tanto hay que decir que el sastre no perdía ojo de mi fisionomía y estudiaba mentalmente cada detalle relevante.

Alejado de cualquier medio informático, el hombre con perfecta caligrafía iba anotando medidas recordándome a mi abuelo cada vez que apuntaba algo en su agenda. Por ejemplo, a continuación vemos cómo tomaba el ancho de la manga de la chaqueta que llevaba puesta, ya que le hice saber que era perfecto para mí.
A continuación pasamos a la mesa de corte, donde íbamos a ser testigos de las primeras líneas trazadas sobre mi patrón totalmente personalizado.
No era la primera vez que asistía a este proceso, pero en esta ocasión era algo especial, porque por primera vez iba a ser para mí.

Bajo estas líneas tenemos desplegado sobre la mesa la sarga gris 100% lana perteneciente a la serie Royal 12 de Dormeuil.
Mientras hablábamos y casi sin darnos cuenta, el sastre comienza su trabajo y prepara, dobla y alisa el tejido sobre la mesa.
Comienza con las piezas traseras de la espalda, por lo que pasa a trazar una línea sobre la que marcará la altura del hombro, la longitud total de la espalda y demás detalles. Decir que realiza el marcado y corte con la tela doblada por la mitad para conseguir mitades simétricas, que en caso de ajustar a la fisionomía se hará tras la primera prueba.
Siguen explicándome el proceso paso a paso, y cada línea que marca sobre el tejido tiene su explicación inmediata y aclaración en caso de necesitarla.
Si al princípio no veíamos casi nada claro, cuando vemos el patrón más avanzado todo empieza a cobrar sentido llegando a parecer hasta sencillo. Y digo parecer por decir algo, ya que tras esta experiencia la sastrería me parece un compendio complejo de números, proporciones, y geometría, todo ello mezclado con altas dosis de artesanía.
En la imagen superior vemos como perfila la parte parte alta de la espalda, donde empieza el cuello. Mientras que en la fotografía de abajo ya vemos esbozada esta parte, disponiéndose a empezar con el corte.

En la siguiente imagen vemos cómo termina de cortar el patrón de la espalda, haciendo uso de la típica tijera de sastre de grandes dimensiones.
No sé si se aprecia en las fotos, pero en la línea que nos marca la mitad de la espalda -la que será la costura a media espalda- encontramos trazado un hilvanado con hilo blanco que une ambas partes por la que es la línea de simetría. Me sorprendió mucho la facilidad con la que este señor cosía una puntada tras otra sin desviarse ni un milímetro de la línea guía.

Una vez quedó cortado y preparado el patrón de la espalda pasamos, casi sin darnos cuenta, a ver cómo dibujaba en el lado contiguo el que sería el patrón de los delanteros de mi chaqueta.
Se aprecia a la perfección lo que sería el pie de cuello, la forma de la solapa y parte de la sisa que casaría con la pieza de la espalda. Vuelve a parecernos casi sencillo. ¿verdad?

Mientras tanto el sastre contrastaba medidas, proporciones y distancias, con una soltura abrumadora. En la fotografía de abajo podemos ver, si no recuerdo mal, cómo comienza a marcar la zona del bolsillo.

Este señor saltaba de un lado a otro del patrón como si nada, casi sin pensar. Analizando cada detalle y estudiando cada trazo de forma meticulosa. Si algo no le terminaba de convencer borraba con su cepillo y volvía a acometer el trazo.
Abajo podemos ver, al fondo, el marcado del bolsillo del pecho. Y en ese mismo momento estaba marcando la pinza central del delantero, esa que suele perderse en el bolsillo una vez terminada.

Detalle de la pinza delantera, sobre la perpendicular los puntos de abertura marcados. (Nótese que estos términos son propios míos, no tienen porqué corresponder a los habituales dentro del mundo de la sastrería)

En la imagen siguiente vemos un plano en el que se aprecia perfectamente la forma y detalle de cada una de las partes de este patrón delantero. Se aprecian detalles como la ligera panza de la solapa -por cierto de un tamaño tirando a grande y con la unión con el cuello bastante alta-, la inclinación del bolsillo superior, o las curvas de mi amplia sisa.

Para el final de este día dejamos el tema del bolsillo. Tenía claro que para el carácter que buscaba en esta chaqueta lo quería tipo parche. Pero quería que fuese un tanto especial. Por ello la boca del mismo debía ser curva e inclinada de forma invertida.
Este tema dio para charlar un rato… El sastre nos habló sobre el detalle de la pinza horizontal que vemos dentro de los dominios del bolsillo, la cual sirve para tirar del bajo del delantero y abrirlo un poco más. También estuvo explicándonos que este efecto puede conseguirse también de otras maneras, como bajando la pinza superior, o creando una nueva pinza en el lateral inferior.
Por cierto, el bolsillo finalmente no quedará exactamente como véis esbozado en la foto de abajo, ya que al final uno de los laterales será algo más curvo.

Hasta aquí llegamos hoy en esta entrega del proceso, que continuará muy pronto. Si algo tengo que destacar en esta experiencia fue el trato exquisito, amable y casero que en todo momento recibí por parte tanto de Paul como de los artesanos de su taller. Sentí que llevaba años haciendo aquello. Todo fluyó de manera muy natural, mis preguntas eran contestadas una tras otra, y me veía a mi mismo casi como un aprendiz de sastrería en su primer día.
El ánimo de todos era continuar con aquello y seguir con las mangas, las entretelas, los forros, las costuras, y todos esos detalles que veréis en el próximo capítulo, pero por suerte o desgracia teníamos que ceñirnos a nuestras agendas.
Agradecer una vez más desde aquí a la Sastrería El 91 por brindarme la oportunidad de conconer este mundo desde lo más profundo, y poder compartirlo con vosotros.
¿Impacientes por ver más? Yo sí….

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