Últimamente me detengo mucho a analizar los detalles de cada look. Y trato de comprender eso que todo el mundo anhela: ¿Porqué hay looks que tienen un toque especial que los hace diferentes?
Al margen del aura que cada uno proyecte y de la facilidad que tenga para llevar determinadas prendas, lo cierto es que, tras analizarlo, existen detalles que nos descubren esa esencia diferenciadora que muchos buscan y no consiguen encontrar.
Hoy vamos a analizar el caso de las corbatas, ese accesorio imprescindible en el atuendo formal y opcional en el contexto más ocioso. Más allá de modas, inventos y aires de sprezzatura el arte de anudar una corbata es mucho más que aprender a dar una lazada sobre nuestro cuello…
Existen varios aspectos importantes y condicionantes para que una corbata nos sienta de la mejor manera. Indudablemente la calidad de los materiales y confección es un aspecto muy a tener en cuenta, pero esto no quiere decir que únicamente vayamos a conseguir grandes resultados con un gran desembolso previo. Es más, esto no nos garantiza en absoluto el éxito.
Una corbata de un tejido de calidad –seda, lana, cashmere, algodón, lino– tendrá una suavidad, tacto y caída que nos ayudarán mucho. Pero debemos aprender sacar partido a estos aspectos.
Todos tendremos nuestras preferencias personales en cuanto al tipo de nudo, pero pienso que ante la duda éste debe ser de proporciones pequeñas por encima de opciones abultadas.
Un aspecto a tener muy en cuenta es que el aprendizaje del proceso de lazada no es el único método que debemos practicar. Porque el nudo no termina cuando lo hemos apretado y ajustado a nuestro cuello. Tras esto debemos moldearlo, ajustarlo y modificarlo hasta conseguir lo que a continuación vamos a explicar.
El objetivo que hay que tener claro es que debemos de huir por completo de esos nudos insulsos, flojos y en los que la pala nace sin forma alguna. La clave es conseguir dar un volumen a la corbata. Para esto existen varios recursos, pero todos se consiguen más o menos de la misma forma: ¡toqueteando!
Si nos fijamos en la imagen de arriba, aunque no es el mejor nudo de todos los expuesto en este artículo, en él se aprecia perfectamente lo que hoy aquí tratamos.
Muchos nos hemos criado bajo la premisa de que la pala estrecha debe quedar totalmente oculta tras la pala más ancha. Esto sigue siendo así en el aspecto más formal, pero sin embargo en contextos más informales ya hay muchos caballeros que juegan a mostrar la pala trasera… Con ello conseguimos resultados como este:
Este recurso es más o menos sencillo de conseguir, para ello sólo tenemos que deslizar un poco la pala estrecha hasta alcanzar el grado de visibilidad deseado.
La experiencia y práctica me dicen que los nudos que más se prestan a este tipo de retoques son el Four in Hand o el Four in Hand con doble lazada. Ambos son nudos compactos y de pequeñas dimensiones.
El tipo de nudo es otro aspecto importante en estas lides. Personalmente creo que es mucho más favorecedor que la corbata vaya estéticamente in crescendo. Es decir, que comience en su mínima expresión y que vaya floreciendo hacia abajo.
Visualmente el otro detalle que debemos trabajar radica en las imperfecciones del nudo. Como decíamos al principio, debemos huir de lo mustio e insulso, y sin caer en lo barroco, dar un toque de movimiento al nudo.
Como hemos podido ver en la gran mayoría de imágenes expuestas aquí, la clave está en formar esos hoyuelos en el nacimiento de la parte baja del nudo.
¿Cómo se consigue esto?
He visto a muchos moldear con las manos para eliminar cualquier arruga en esta parte, incluso para dar forma convexa a la pala superior para ganar empaque. Pues se trata de todo lo contrario. Buscamos la imperfección, por ello con cuidado nuestras manos deben tratar de formar esas ondulaciones doblando hacia fuera los bordes de la corbata anexos al nudo.
Esto funciona mejor con nudos algo compactos y apretados, por ello olvidémonos de esos nudos abultados y sin consistencia. Para esto no sirven.
Tras estos consejos sólo queda lugar a la práctica. Ésta será nuestra única alidada para conseguir que estos detalles formen parte de nuestra rutina al vestir y nos de ese toque diferenciador del que hablábamos al principio.
Más allá de esto hay trucos ya un tanto fashionistas, que los dejo a elección de cada uno y que podríamos clasificarlo como el siguiente escalón en la sprezzatura de la corbata. Consistiría en mostrar la pala trasera bajo la delantera. Este recurso, en su versión más desproporcionada, es muy habitual entre los asiáticos. Aunque reconozco que, en una versión más cotidiana, le estoy empezando a coger el gusto…
Todo esto es sólo fruto de mi análisis personal y forma parte de mi opinión. Si crees que puedes aportar algo, no lo dudes!
100% de acuerdo con todo lo dicho. No obstante todavía tengo un poco de reservas a que la pala trasera quede por debajo de la delantera, aunque menos de las que tenía al principio.
Muchas Gracias!
Es algo que va en gustos, yo lo hago ligeramente buscando la naturalidad y desenfado en algunos casos.
Saludos
Salva