L’Instant de Guerlain pour Homme Eau Extrême

Hay pocos perfumes de diseñador que se hayan ganado, con el tiempo, la etiqueta de «perfumes de culto». Dior Homme Intense o Gucci pour Homme II, exempli gratia, son creaciones que han hecho méritos para entrar en tan selecta categoría, y bajo el mismo rubro debemos incluir el perfume que tenemos hoy entre manos.

L’Instant de Guerlain pour Homme Eau Extrême (de ahora en adelante LIDGE) ha sido, desde finales del 2005, uno de los más excelsos ejemplos de aroma masculino dentro de la perfumería de diseñador (y en perfumería a secas). Se lo puede incluir bajo el rubro de los orientales amaderados, con un leve (muy leve) toque fresco y al mismo tiempo dulce. Si os interesan los perfumes de corte clásico, definitivamente de hombre, seguid leyendo.

LIDGE fue este el perfume con el que comenzó mi búsqueda del «Santo Grial» olfativo. Por aquel entonces entendía que, si dedicaba el suficiente tiempo a investigar, no podía equivocarme a la hora de escoger perfume, aunque fuera sin haberlo olido siquiera. Después de empaparme de cientos de mensajes en foros, vídeos y reseñas varias por parte de entendidos en la materia, estaba claro que me encontraba en la dirección correcta. Si los críticos de arte son, en palabras de Jerrold Levinson, los «cerdos truferos» del valor artístico, los miles de integrantes de la «fragcomm«, como se autodenominan muchas de las personas que discuten sobre fragancias en diferentes comunidades de internet, eran su equivalente en el mundo del perfume. Así pues, y tras sopesar que lo inteligente era acercarme a una tienda donde lo distribuyeran (aunque tampoco era cosa fácil, no es el perfume más fácil de encontrar) y olerlo e incluso pedir una muestra, hice lo contrario y lo compré online.

¿Cuáles fueron mis primeras impresiones con LIDGE?

Tras recibir el perfume (el precioso frasco de 75ml que ha cambiado ligeramente en la nueva versión) mi reacción inicial fue de asombro y arrepentimiento. ¿Es este uno de los mejores perfumes para hombre? El pachuli, el anís, las maderas, el cacao… con poco más de 20 años y acostumbrado a oler composiciones mucho más simples, me pareció que no era para tanto, al contrario, era uno de esos aromas de «señor mayor recién salido de la barbería», muy cargado, rococó, que no solo no gustaría a los demás sino que podría hasta causar rechazo. Aun así, como ya lo había comprado (suspiro), después de declamar a viva voz cual Scarlet O’Hara que jamás volvería a comprar a ciegas, acepté que su suerte sería quedarse arrinconado en un armario.

Pero años después, tras haber olido cientos de perfumes, volví a echar mano del frasco y lo probé de nuevo. Y ahí (¡sorpresa!) ya me empezó a gustar. Cada vez más. Al grado que acabé incluso comprando dos frascos más por si dejara de producirse (cosa que no recomiendo hacer), y acabó llegando al número 2 de la lista de los 10 mejores perfumes de diseñador para hombre que hice en 2016.

LIDGE y los gustos adquiridos

Los aromas que nos gustan cuando recién entramos en esta obsesión afición por la perfumería no son los mismos que aquellos que abrazamos cuando hemos olido cientos de composiciones. Hay una expresión en inglés que se usa a este respecto, y a la que no le encuentro una traducción que me satisfaga (si algún lector encuentra un equivalente fidedigno, que me lo comente), que es «it has grown on me«, y que se dice de aquello que, de entrada, no nos entusiasmaba especialmente pero que con el tiempo hemos aprendido a apreciar más y más. LIDGE es un ejemplo de perfume que puede empezar no gustando en un inicio y acabar siendo la joya de la colección si le damos un tiempo.

 

He leído que lo han reformulado… ¿es cierto? y si es así ¿es para tanto?

Sí, es cierto.

Hace unos años Guerlain reformuló la composición de LIDGE, dando lugar a una oleada de indignación como pocas se han visto a lo largo de la historia de la perfumería moderna (comparable únicamente vez con las reacciones populares a la primera y segunda reformulación de DHI, y a cuando Yves Saint Laurent dejaron de producir una de las mejores creaciones que lanzó la casa bajo la dirección de Tom FordM7)

En cualquier caso, ¿es la versión vintage mejor que la reformulación? Sí.

¿Y sigue siendo la reformulación una obra maestra? Sin duda.

No voy a entretenerme más con las diferencias entre la versión antigua y la nueva, porque no merece la pena. El ADN es el mismo y, aunque prefiero la versión vintage, sería una bobada desmerecer a esta creación sólo por el agravio comparativo con versiones anteriores. Las diferencias no son tan notables como algunos hacen creer.

Anís, cacao y pachuli

Estas son las tres notas predominantes en LIDGE.

Como he comentado antes, se trata de un perfume con un toque dulce que no entra en la categoría de gourmand, sería algo así como un perfume semi-dulce, denso (le ponemos una nota de incienso en la base y pasaría como un Amouage), y en las notas de salida percibimos una fuerte nota de cacao (que no de chocolate, como es el caso de A*Men, por ejemplo) mezclada con notas cítricas (¿naranja? ¿mandarina?), pero no hablamos de un cítrico deportivo (como sería el caso de Sauvage, de Dior) sino de un cítrico denso, caramelizado (como sí sería el caso de Eau Savage, nótese la sutil pero vital diferencia en el nombre). La salida es muy fuerte, si alguien huele muy de cerca las notas de salida lo más probable es que frunza el ceño con un ademán desaprobatorio.

¿Y cómo se desarrolla en la piel? Pues que a medida que se va secando, el anís y el pachuli y las maderas ganan protagonismo y balancean una mezcla perfectamente equilibrada. Las notas de salida no desaparecen en ningún momento, simplemente se atemperan, estando presentes durante las 8 – 10 horas que aguantará en piel, proyectando decentemente unas 3 – 4 horas. Para mí, más que suficiente.

¿Cuándo usar LIDGE?

LIDGE le pasa algo parecido que a Terre d’Hermès, que es muy versátil. Tiene la suficiente clase (y más) como para ser llevado en cualquier escenario formal, y a la vez se deja llevar en prácticamente cualquier situación casual sin que desentone. Es un perfume con mucho carácter (si buscáis algo «fresquito» que guste a todo el mundo y de lo que nadie se acuerde, buscad en otro lado), y el único pero que le pondría es que sólo se deja llevar en otoño e invierno. Tal vez, siendo generosos, podamos usarlo en buena parte de la primavera, pero con cuidado. Si vemos a gente con camisetas de manga corta por la calle, probablemente estemos estirando demasiado la cuerda.

Perfumes parecidos

Tal como expliqué en la lista de los 10 mejores perfumes nicho para hombre que publiqué el año pasado, Pardon, de Nasomatto, sería la versión niche de LIDGE. No es un clon, pero la composición es similar aunque, a mi gusto, Pardon es ligeramente más formal (probablemente gracias al oud)

 

Valoración final

Es una obra maestra de la perfumería. Beatrice Piquet, una perfumista de inmenso talento que falleció en 2010, creó composición absolutamente deliciosa y que es obligado probar si uno es amante de la perfumería.

Oledlo. Y, si no os gusta, volvedlo a probar más adelante.

 

(Foto de portada extraída del blog Life with Perfumes)

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