D. Mariano Arroyo Langa.

Cualquier aficionado al mundo de las prendas artesanales sabrá ubicar perfectamente este nombre dentro del sector. Y es que hablar de Sastrería Langa es hacerlo de toda una institución en Madrid. Hoy me gustaría rendir homenaje a una de esas personas que junto a Manuel Calvo de Mora y José Alonso, a mi parecer, forman parte de la historia viva de la artesanía en España.

Y es que nos pasamos el día admirando a sastres, camiseros y zapateros más allá de nuestras fronteras, organizamos viajes sólo para conocer su trabajo y establecimientos, y sin embargo, no somos conscientes de que aquí en nuestro país, disponemos de profesionales de un nivel extraordinario. Y cito a estos tres, junto a Mariano Arroyo Langa, porque además de tener el gusto de conocerles personalmente, diría que son de los pocos profesionales de la vieja escuela que han sabido mantener actualizado su trabajo. Y eso puede verse en el corte de sus prendas, en su actitud ante el sector y en su trato con el cliente. Sin embargo, si es verdad que quizás no todos han sabido aplicar eso que dicen de No sólo hay que ser bueno sino también parecerlo, pero ese es otro tema que ya fue tratado en otro artículo.

D. Mariano ha demostrado que el paso entre lo clásico y moderno no es tan complicado, que se puede mantener la esencia, la clientela y la tradición, sin renunciar a la modernidad y los avances tecnológicos. A día de hoy forma una dualidad junto a Joaquín Fernández Prats que cuesta ver ya no sólo dentro de nuestro sector, sino en cualquier ámbito empresarial. ¿Un joven profesional y un señor mayor en el mismo camino? Pues sí, juntos y con las ideas claras, demuestran ambos que sí se puede.

Entrar en Sastrería Langa es, y esto lo sabrá quien lo haga habitualmente, como estar en casa. La calidez y simpatía de D. Mariano es inusual en un hombre de su edad, como también lo son esa vitalidad, ganas y predisposición bien mezcladas con la tranquilidad y paso firme que le caracteriza. Una persona que tras más de 60 años tras el mostrador no sólo no está cansado sino que quiere dar aún más de sí no puede más que ganarse la admiración de todos.

Su manejo del inglés le ha servido para grajearse con soltura la amistad de otros artesanos extranjeros y para, aún más si cabe, estar al día en esta industria tan cambiante. Sólo hay que fijarse en su vestimenta para darse cuenta de que D. Mariano no sólo viste a los demás sino que disfruta vistiéndose, experimentando y combinando nuevas propuestas.

Las manos de este hombre no sólo muestran el paso del tiempo sino el tacto y delicadeza con los que trata todo lo que hace. Ves cómo te muestra los tejidos, cómo palpa las sedas, cómo te enseña esos catálogos de tejidos tan especiales y grandes. Todo lo hace con la seguridad de quien lleva varias décadas haciéndolo cada día.

D. Mariano sabe dónde estan todos y cada uno de los objetos de su establecimiento y lo recuerda a la perfección. Botones, entretelas, tejidos, patrones…

El futuro es de los jóvenes, cierto es. Y me esfuerzo por mostrar el trabajo de esas nuevas generaciones que vienen pisando fuerte dentro de este sector, pero todos ellos no estarían donde están si no fuera por que alguien, antes que ellos, siguió con la tradición y la artesanía, apostando por innovar y ofrecer algo diferente. Y sin duda, D. Mariano, como hemos visto, en esto es todo un referente. Fue un gran profesional de su tiempo y lo es del nuestro, y esperemos que por mucho más tiempo.

Gracias, Mariano.

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