Allá por los años 20 del siglo pasado Tomas Sánchez Peral comienza de aprendiz en la Camisería Ramírez (Madrid), donde tras terminar sus estudios de camisería en la Escuela de Artes y Oficios desarrolla su actividad en dicha camisería. Tras más de 50 años al frente del taller de dicho establecimiento, y animado por su hija Carmen Sánchez, decide en 1980 establecerse por su cuenta.
Daniel Schleissner, a quién ya hemos conocido a través de un interesante paseo por su trabajo en forma de chaleco muy especial (Capítulo 1 / Capítulo 2), está desde los años 90 enfocado en la parte de Sastrería, mientras que Javier Schleissner, de quien hablaremos hoy, heredó todos los conocimientos de su abuelo y desde finales de los años 80 forma parte del taller de camisería, que en la actualidad dirige.
Söktas nos da la oportunidad de hacer este reportaje y además de Javier Schleissner, podremos conocer algunos camiseros españoles más, en los próximos meses.
Hace algunos meses, antes del período Navideño, pudimos visitar y conocer esta Camisería en una zona que si bien parece poco comercial, si que resulta estratégicamente posicionada en un entorno de negocios de la capital madrileña.
Javier es, como su hermano, un tipo educado y muy correcto en las formas, pero en la distancia corta y tras cruzar la fase inicial, se torna distendido y muy cercano, algo que ayuda a sentirte cómodo rápidamente.
De esta camisería inicialmente no nos llamará especialmente la atención su escaparate, ni su diseño interior, ambos basados más en lo práctico y funcional que en lo estético. Sin embargo, basta con asomarnos ligeramente a la mesa de corte que tenemos al fondo para descubrir dónde está la parte excepcional de este establecimiento.
Como ocurre en la sastrería de máximo nivel en España, en la camisería artesanal nuestro país destaca por un nivel de acabados y perfección especialmente notables. A veces tan bien hechos que, a ojo inexperto, cuesta diferenciar si está realizado a máquina o verdaderamente a mano.
A falta de comprobarlo en mis propios encargos, como veremos próximamente, el trabajo de Javier Schleissner puedo decir que es de primerísima calidad.
Lo que más valoré en mi primera visita la seguridad que transmitía Javier sobre su trabajo. Un ejemplo claro lo encontramos cuando empezamos a definir los detalles del par de camisas que encargué, y me dejó claro que él hacía las cosas de una manera muy personal y estudiada para conseguir exactamente los resultados que quería en cada momento. Y reconozco que sus explicaciones resultaron francamente convincentes.
Considero que transmitir seguridad a un cliente es algo fundamental, y que no siempre conseguimos. ¿Cuántas veces hemos salido de una sastrería sin saber de verdad si el resultado final iba a parecerse a lo que nuestra cabeza tenía en mente?
Cada explicación concisa y detallada es un valor añadido a la seguridad de la que hablábamos. Además, aproveché sus conocimientos sobre tejidos de camisería y en concreto los de la marca Söktas para entender cómo funcionaban los catálogos de esta firma, conocimientos en los que me apoyé para la realización de este reportaje.
También aprovechamos para seleccionar los tejidos para mis camisas, y uno de ellos es el que podéis ver a continuación. Un tejido diferente, lejos de lo que estoy acostumbrado, pero que con los elementos que diseñamos para él creo que dará un magnífico resultado.
Una vez elegido y apuntado todo, Javier pasó a tomar medidas y preguntarme sobre preferencias y gustos de hechuras, para seguir recabando datos para el corte y confección de las camisas.
Reconozco que estoy deseando ver el resultado final de las mismas, aunque poca duda me cabe de que serán de mi agrado.
Próximamente, en el próximo capítulo, descubriremos la forma de trabajar de esta camisería en cuanto a la prueba, y seguiremos recopilando nuevos datos sobre esta experiencia para que todos, sin moveros de casa, podáis saber un poco más de uno de los pocos camiseros artesanales que quedan en España.
¡Seguimos con la semana!