Como recordaréis, a finales de Abril preparé uno de mis encargos primaverales en Sastrería Alles. Concretamente una chaqueta cruzada con un curioso tejido Príncipe de Gales en diferentes escalas de azules, que muchos no terminaron de ver adecuado en su momento, y que probablemente hoy sigan sin terminar de convencerse dado que las prendas que llevaba para la prueba no eran las más adecuadas en combinación con esta chaqueta, pero eso lo resolveremos en el capítulo de presentación oficial de las prendas, con el look adecuado.
Reconozco que siempre que preparo un nuevo encargo de sastrería en lo último que pienso es en una chaqueta cruzada. No me preguntéis porqué, pero es así. Y es curioso puesto que con las que tengo en mi armario me encuentro realmente favorecido provocando una figura muy estilizada. Pero es quizás la tácita obligatoriedad de llevarla abrochada la que me echa para atrás a la hora de valorar su inclusión en el armario, aunque en los últimos tiempos son muchos los que deciden llevar en ocasiones abiertas este tipo de chaquetas, yo reconozco que no me termino de encontrar cómodo de esta manera.
Por mis palabras podréis deducir mi complicada relación de amor/odio con las chaquetas cruzadas, que tratamos de reconciliar con esta nueva incorporación.
Yendo a lo que nos interesa, la prueba, tenemos que decir que me sorprendió ver un ajuste tan bueno de primeras. Pues, a excepción del ajuste en cintura que debía terminar de afinarse, como podéis ver en las fotografías la chaqueta encaja a la perfección en todo lo demás. Desde el largo y ancho de mangas, pasando por los hombros, pecho, y espalda.
Como observaréis en esta última foto el largo de la chaqueta roza lo estrictamente protocolario, ocultando el límite del trasero, pero es que buscábamos una chaqueta algo más desenfadada.
Reconozco que me hubiera gustado que las solapas en punta de lanza hubieran sido algo más anchas y curvas, pero con esto último tenemos que ceñirnos al patrón ofrecido en este caso. En la imagen a continuación podéis comprobar que el ajuste en hombros es extraordinario, con una construcción de hombro tradicional sin demasiada hombrera ni chorizo. Se puede apreciar también que la chaqueta no llega a poder cerrarme, por eso Nuria decidió sacar centímetros en cintura y cadera (algo habitual en mí) para que el ajuste termine de ser perfecto.
Os dejo algunas imágenes más de detalles, aunque como os decía, en el próximo capítulo terminaremos de ver todo de manera más minuciosa.
Aunque pueda parecer algo llamativo, lo cierto es que el paño de esta chaqueta en persona es francamente muy bonito y mucho más combinable de lo que parece. Ya tengo en mente su combinación con pantalones de vestir azules marino, grises, beige, etc. Pero también diría que se encuentra cómoda con vaqueros y chinos de diversas tonalidades.
¡Nos vemos en el próximo artículo!