Las prendas a medida tienen un sinfín de ventajas que todos conocemos: Personalización, adaptación o creación de patrones para nuestra fisionomía, retoque de detalles a nuestro gusto, elección de detalles y elementos… Pero nunca hablamos de todos los inconvenientes que este tipo de encargos llevan aparejados.
No trato de quitar las ganas a nadie que esté pensando en su próximo encargo sastrero, todo lo contrario, pero creo que hablar de la parte menos dulce de este tipo de trabajos no es para nada contraproducente, sino todo lo contrario.
Hablando con sastres y personas relacionadas con esta industria, parece que la mayoría coincidimos en que los usuarios que deciden optar por la medida -sobre todo si son neófitos en la materia- demuestran un desconocimiento del proceso y el tempo que ello requiere, incluso si las cosas salen como deben.
La razón por la que he decidido escribir este artículo es para contar todos los entresijos del proceso de la medida para que de esta manera todos seamos conscientes de lo que supone y cuáles son los pasos por los que hay que pasar en la mayoría de los caso.
Proceso
De forma muy resumida, y habitualmente, son 6 pasos los que encontramos en el proceso de una prenda a medida artesanal:
1) Toma de medidas y elección de tejidos, detalles y elementos.
2) Corte, confección y montado de la prenda mediante hilvanados.
3) Prueba con cliente y ajuste, toma de referencias y correcciones sobre la prenda.
4) Reajuste, montado de elementos finales e interiores y accesorios.
5) Prueba de afinado con cliente, donde se perfilan correcciones sobre la prenda.
6) Entrega final al cliente (si no hay que realizar más retoques.)
Como véis, en este caso el cliente tiene que ir al menos unas 3 veces. Aunque si que es verdad que dependiendo del sastre y si ya hemos encargado una prenda similar antes, la toma de medidas e incluso la prueba intermedia podemos ahorrárnosla.
En sastrería industrial son habituales los siguientes 4 pasos:
1) Toma de medidas y elección de tejidos, detalles y elementos.
2) Prueba con cliente y ajuste de detalles.
3) Retoque y compostura de ajustes.
4) Entrega final (Si no hay que realizar mas retoques).
Como vemos, aquí también tenemos que ir un mínimo de entre 2 y 3 veces.
Este es uno de los mayores desconocimientos por parte de los clientes acerca del mundo de la sastrería. Algunos sinceramente creo que piensan que porque están pagando -generalmente- más dinero que una prenda Ready To Wear su nueva prenda a medida tiene que quedar perfecta a la primera. Y esto habitualmente no es así.
Plazos
Tenemos que tener claro que en la mayoría de los casos el plazo inicial en la primera prueba suele ser unos 20-25 días, y que tras la prueba de afinado o retoque necesitaremos otro pequeño plazo de tiempo para que el establecimiento pueda corregir lo anotado. Ello nos lleva fácilmente a un plazo de entre mes o mes y medio, teniendo la suerte a nuestro favor. Por ello, el primer consejo que puedo dar es no optes por la medida si tienes prisas.
Una vez entendido esto y el irremediable tempo del proceso que conlleva este arte, más o menos artesanal o industrial, debemos de armarnos de una buena dosis de paciencia para todos y cada uno de los pasos que demos al respecto. Por experiencia os diré que las prisas no son buenas, éstas se verán probablemente reflejadas en el resultado de la prenda final.
Consejos
En mi caso, realizo todos mis encargos de prendas a medida fuera de la ciudad donde vivo, por lo tanto tengo que desplazarme para ello. Generalmente es Madrid mi destino, y son varios días los que suelo estar por allí.
En mi experiencia personal me he dado cuenta de un par de detalles que me gustaría compartir con vosotros, ya que seguro que ayuda a más de uno.
Es mejor no ir a una toma de medidas o prueba de afinado justo el día que hemos estado viajando, o tras una copiosa comida. Como podemos imaginar, nuestro cuerpo puede alterar ligeramente sus medidas tras una comida con mucho refresco o cantidad de comida. Y a muchos, como me ocurre a mí, seguro que los viajes en tren o avión les produce cierto malestar de estómago que también puede acarrearnos variaciones en la medida de nuestra cintura, cadera o incluso pecho.
En caso de que sean zapatos lo que hayamos encargado, tampoco es conveniente ir a probar o medir al final del día si hemos estado todo el día de pie o de un sitio para otro.
Todo detalle hay que tenerlo en cuenta, pero está claro que hay un cuarteto de puntos que deberían tener especial interés por nuestra parte: Hombros, Cintura, Largo de mangas y Bajos de pantalón.
Casualmente en prendas RTW suelen ser los puntos en los que más nos fijamos, por lo tanto, no íbamos a descuidarlos tampoco en la medida, ¿no?
Parece mentira pero dos de las cosas que más solemos descuidar en una primera prueba son el largo de mangas y los bajos de los pantalones. Y son precisamente dos puntos que los sastres suelen dejar más al margen porque suelen tener mejor y más sencilla solución en caso de desajuste menor. Pero seguro que a más de uno cuando tiene la chaqueta en casa ha pensado que podría retocar un pelín el largo de la manga… o que el bajo de los pantalones podría ser un poco más largo o corto. Y luego ya nos parecen nimiedades y por pereza o vergüenza acabamos por no volver a la sastrería a retocarlos.
Otra cosa que tenemos que tener clara es que no debemos tener reparos en decir si algo no nos gusta, porque en casa no nos gustará más ni nos acostumbraremos a ello, y al final eso frustrará nuestra satisfación con la prenda e incluso con el sastre.
No se trata de ir buscando fallos a correrir y arrugas por limpiar, porque recordemos que Lo perfecto es enemigo de lo bueno, pero si que es bueno que haya un diálogo fluido con el sastre y que le hagamos saber lo que nos descontenta. Tanto para esa prenda en concreto como las posteriores lo agradeceremos.
Otra cosa que debemos ser conscientes es que la culpa de todo no la tiene el sastre. Es decir, que si nos empeñamos el primer día en unas solapas de 13 cm y cuando nos la vemos terminada no es lo que esperábamos, no es por culpa del sastre. No tengas reparo de dar todos los datos posibles, medidas, fotos, referencias a la hora de elegir la prenda. Créeme que el sastre lo agradecerá. Hay cosas que a veces ya no tienen solución posible.
Conclusión
Debemos entender la sastrería como un proceso evolutivo en el que el sastre nos conoce, nosotros nos damos a conocer y poco a poco y con tiempo la evolución será positiva. Paciencia.
Sólo teniendo en cuenta esto último disfrutaremos realmente con todo esto. Si para nosotros es un suplicio pasar una hora eligiendo tejidos y detalles, o si no tenemos ni una hora libre a la semana para realizar con tranquilidad una primera prueba… quizás la Sastrería a medida no sea nuestra mejor opción.
¿Crees que me olvido algo? Coméntalo..