Recordaréis que allá por finales de Mayo comenzamos el encargo de un par de prendas muy especiales en Sastrería Serna. Una de ellas era un Teba totalmente a medida y artesanal, una reinterpretación por parte de Agustín García que cuenta con cada vez más seguidores. Y es que la Teba es una chaqueta incomprendida por muchos y admirada por otros tantos, y es que no deja a nadie indiferente.
Se caracteriza principalmente por una construcción muy ligera, una solapa sin cran, un corte recto y cómodo, unas mangas y puños camiseros. Es una prenda fácil de llevar, relajada y pensada como recurso polivalente dentro de nuestro armario.
Veamos cuáles son los detalles que diferencian esta en concreto de Sastrería Serna…
Ya sabemos que lo realmente interesante de la sastrería artesanal, más allá de su calidad de confección y materiales, es la capacidad máxima de personalización ante cualquier detalle de nuestras prendas. Esta chaqueta en concreto lleva poca variación en cuanto a construcción se requiere, ya que como recordaréis el tejido que escogimos de la colección de Cerruti 1881, ya tenía protagonismo por si sólo, y no nos pareció adecuado dotarle de más detalles relevantes que pugnasen por llamar la atención.
Sin embargo, encontramos peculiaridades como estas presillas cosidas a modo de finalización del pespunte a mano en el arco superior del hombro, que por cierto pasa desapercibido a consecuencia del grano propio del tejido sobre ese cuadro tipo Vichy.
En la imagen de abajo también podemos apreciar la construcción al estilo camisero de la costura del nacimiento de la manga, y como la ausencia total de cuerpo le da vida al tejido, ocasionando, como es lógico, alguna que otra arruga al movernos.
Siguiendo con la manga, o más bien terminando, lo hacemos con el puño que también nos recuerda a soluciones camiseras, contando con una sardineta corta y ojal desplazado con solapa en forma triangular. Recurso que personalmente me gusta mucho para este tipo de prendas, ya que enfatiza el carácter desenfadado de la prenda y, llegando a necesitarlo, nos permite remangar por completo y sin la menor dificultad nuestras mangas.
Como podemos ver arriba, el resultado es una zona de manga y hombro muy natural, con cierto fruncido e irregularidad. Tremendamente cómoda y ligera. La sensación es de llevar más una sobrecamisa que una chaqueta.
Un par de elementos que me sorprendieron el día que la recibí fueron los bolsillos. Les veía algo raro y ya en la última prueba estuvimos comentando Agustín y yo que había sido tal la perfección al casar los cuadros de los bolsillos de parche de esta chaqueta que en ocasiones sólo se apreciaban gracias a la tapeta superior que los acompaña.
En la imagen sobre estas líneas podéis apreciar ese nivel de detalle y perfeccionismo al que nos tiene acostumbrados esta sastrería. El bolsillo resulta casi imperceptible. A ello se le suma que la costura y el doble picado comienzan tan al borde que no permite pestaña alguna, de ahí que la integración con el resto del paño sea sorprendentemente camaleónica.
El escaso forro que a penas acompaña a la vista interior de los delanteros y bordea la sisa, fue escogido en color berenjena, debido a que el paño contaba con trazas de esta tonalidad, y nos pareció un interesante guiño a este detalle.
Con esta chaqueta Agustín demuestra una vez más que es uno de esos sastres con los que un cliente disfruta creando, junto a él, un objeto único en cada ocasión.
