Hace un par de semanas comencé mis encargos sastreros de cara al Verano. Soy consciente que es un poco más tarde de lo que viene siendo habitual para este tipo de encargos, pero el clima un tanto desapacible que hemos vivido en España hasta hace pocos día no invitaba precisamente a pensar en el Verano.
De todos los encargos que realicé hace un par de semanas, aprovechando mi estancia en Madrid, hoy os hablaré del realizado en Sastrería Serna. Se trata de una chaqueta tipo Teba y un pantalón de corte formal.
Hace exactamente un año Agustín me realizó una Teba a medida artesanal. Me gustó tanto que no podía dejar escapar la ocasión de encargarme otra para esta temporada. Resulta una chaqueta tan cómoda y polivalente en el uso del día a día sport. Y al realizarla a medida podemos variar sus detalles según nuestros gustos.
Casualmente ese día Agustín llevaba puesta la primera Teba que realizó en su taller. Y os vino muy bien para ver in situ detalles de la misma, con el ánimo de personalizar cada rincón. Aunque en esta ocasión reconozco que quise no inventar demasiado y hacer una teba sencilla y tradicional que destacas por su tejido colorido y peculiar.
Los tejidos elegidos…
Llevaba con ganas de algún tejido de aspecto moteado. Ya había visto en los últimos meses prendas con este tipo de paños y me apetecía mucho incluir algo así en mi armario. Por ello, la búsqueda de tejidos para chaqueta y pantalón, ya tenía ya un condicionante inicial.
En un primer momento mi idea inicial era hacer tanto chaqueta como pantalón con el mismo tejido, y de esta forma conseguir un sucedáneo de traje sport. Pero repasando uno de los catálogos de Cerruti 1881 encontré dos referencias que me parecieron fascinantes. Pronto cambié la idea de ambas piezas iguales, y decidí que la chaqueta iría con ese precioso tejido e cuados vichy de gran tamaño, mientras que para el pantalón usaría una opción en beige claro. Ambos tejidos salpicados por un moteado irregular por toda su superficie. Detalle que me encanta porque ayuda a informalizar mucho más la prenda.
Como podéis ver ambos tejidos son de naturaleza similar. Ya que contienen exactamente la misma composición: 40% Lana Virgen, 30% Algodón, 20% Seda y 10% Poliamida. Con entre 240 y 260 gr/m. Mi experiencia con tejidos de tal variedad de mezcla es que su comportamiento es ejemplar. Pues cada tipo de fibra aporta unas propiedades concretas como ligereza, resistencia, suavidad, elasticidad, etc. Y la suma de todas ellas suele dar como resultado un tejido con muy buen comportamiento general al uso.
Ya os lo confirmaré, pero por lo que pude tocar en las muestras la verdad es que las sensaciones fueron muy buenas. -Si quieres saber más sobre fibras visita este otro artículo-.
Una vez elegidos los tejidos, decidimos reparar en los detalles, para lo que nos aprovechamos de las habilidades pictóricas de Lucía Serrano, aprendiz y ayudante en esta sastrería. Ella fue dibujando un esbozo de la chaqueta e incluyendo todos aquellos detalles que Agustín y yo comentábamos, así como ciertos detalles del pantalón.
Como os decía, fuimos fijándonos en cada detalle de la Teba de Agustín para dirimir todos aquellos puntos que conformarían mi chaqueta. Pero como os adelantaba, a excepción de un par de cosas, la chaqueta será muy parecida a la suya.
En el pantalón quisimos diseñar una cinturilla diferente y que no se haya visto hasta ahora, algo complicado dada la originalidad de algunas solucines que hemos podido ver en los últimos tiempos. Sin embargo, creo que esta si que será diferente a todas. Pero si no recuerdo mal es algo que iba a quedar pendiente de perfilar en la primera prueba.
Además del dibujo, Agustín iba anotando cada aspecto elegido, a pesar de que la mayoría de ellos no se aplicarán pasada la primera prueba, pero otros, en cambio, si que hay que tene en cuenta en la fase de corte y montado de piezas.
Llegó la hora de comprobar las medidas, máxime cuando desde el último encargo había bajado bastante de peso. Así que Agustín procedió a medir y anotar las nuevas medidas para mi ficha.
Lo cierto es que estos encargos resultan francamente a menos y sencillos pues la relación que tengo con ellos es bastante cercana y con Agustín charlo siempre que tenemos ocasión, lo que hace que a la hora de elegir detalles y sugerir soluciones, nos entendamos bastante bien. Esto es algo esencial entre sastre y cliente, debe existir confianza mutua, y poder hablar sin reparo de cualquier detalle, opción o invento que se nos ocurra. De esta forma ningún aspecto dejará lugar a la interpretación y posible desacuerdo posterior.
Reflexionar en voz alta, preguntar y sugerir son tres de las cosas que debemos hacer, sin lugar a dudas, en el proceso de nuestro encargo.
En nuestro equipo siempre debemos incluir a personas que sumen en nuestro proyecto, no que se limiten a ser mandadas. Y en esto Agustín y Lucía forman un buen tandem juntos. La cara artística y moderna de una se contrarresta con el clasicismo y rectitud del otro, formando una armonía interesante para quien sepa aprovecharse de ello. Y, sin duda, yo quería disfrutar de eso.
Podemos decir que Agustín es un sastre teórico que poco a poco está dejándose seducir por la práctica. Y no me estoy refiriendo al entreno, ya que él cuenta en su haber con bastantes años de experiencia. Hablo del sentido de utilidad y practicidad de cada prenda por encima, incluso, de la perfección de sus hechuras.
Es un placer contar con personas como Agustín, que lo dan todo por su trabajo, que se esfuerzan cada día por mejorar y adaptarse a los tiempos, hoy día tan duros para muchos. Me alegra saber que las cosas le van bien, y me enorgullece ver cómo poco a poco se está erigiendo como uno de los sastres jóvenes de referencia dentro del panorama español.
¡Deseando ver el avance de esos encargos!
