Volvemos este Lunes con una nueva entrega de la Guía de Estilo junto con Tomblack. Y hoy os muestro la prueba del traje que os hable la última vez, y del que conscientemente no os ofrecí muchos detalles con idea de que hoy descubriésemos todas sus peculiaridades.
Sí, se trata de un traje claramente informal, entonces ¿por qué pensar en él para una boda?
Como ya os dije, esta guía la he concebido no como una referencia protocolaria sino como un cúmulo de casos especiales y diferentes en los que os doy mi resolución. ¿Un esmoquín diferente? ¿Un chaqué poco visto? Existen muchos otros documentos en los que informarse sobre lo que debemos vestir según cada ocasión formal. Pero ya sabéis que, a mi manera, soy bastante transgresor y me gusta aprovechar las oportunidades que me brinda cada sastrería para ir al límite en muchos de mis encargos. Vosotros ya decidiréis hasta dónde queréis llegar, según vuestros gustos y situaciones. Repito, no tenéis que tomar mis encargos al pie de la letra, sino simplemente como una forma de inspiración o ideario.
Recordad que pensamos en este traje para situaciones muy concretas y especiales. No sería recomendable vestir algo así en una ceremonia tradicional, única y exclusivamente con la excusa de ser Verano, porque probablemente daremos la nota en dicho acto.
Reconozco que, a pesar de mi capacidad de atrevimiento, la idea de vestir un traje tan claro me producía cierta incertidumbre. No sabía si parecería un capo de la mafia siciliana en plena operación primaveral. Me daba la sensación de que podría sentirme excesivamente disfrazado. Sin embargo, la realidad fue diametralmente opuesta. Nada más calzarme el traje al completo, junto con la camisa de rayas horizontales, todas las piezas del puzzle parecieron encajar a la perfección.
Centrándonos en los detalles del traje, tengo que deciros que el encaje salvo ciertos detalles nimios, fue perfecto. Tan sólo hubo que tomar nota para recoger un poco el ancho de cadera y el largo de mangas. Y en el pantalón hubo un pequeño error porque se incluyeron trabillas para cinturón cuando no se había encargado así ni el propio modelo podría llevarlo debido a la inclusión de ceñidores laterales. Pero esto son cosas que pasan y, por suerte, son de fácil solución.
La caída del tejido me gustó mucho. La espiga me pareció muy agradable al tacto y rápidamente vi que tanto por su tonalidad como por el diseño de ambas prendas -chaqueta y pantalón- las posibilidades de uso de manera independiente iban a ser prácticamente infinitas.
La chaqueta es diferente a todas las que había diseñado con ellos anteriormente. Y es que tras el resultado del chaqué, decidí apostar una vez más por la solapa en punta de lanza para esta chaqueta de hilera sencilla de dos botones. Y el resultado, como podéis ver, no podía haber sido más certero. Pedí expresamente bolsillos de parche, en este caso con tapeta para darles algo más de formalidad y presencia. Y es que lo cierto es que al ser el tejido liso los bolsillos casi no se distinguen y de lejos casi parece que estamos ante unos tradicionales bolsillos de vivos con tapeta.
En alguna de las fotos, si os fijáis bien, podreís apreciar otro de los detalles que hacen diferente a esta chaqueta, y es esa martingala fija con pinzas que decidimos incluir en la espalda. Es una solución que vi en una de las chaquetas que llevó Pepe cuando me atendió en una de mis anteriores visitas y que me gustó mucho, sobre todo porque no sabía que ellos podrían hacer este tipo de detalles. En esta chaqueta ha quedado genial, desde mi punto de vista. Si es verdad que esto la hace algo más informal, pero era un riesgo que estuve dispuesto a asumir.
El pantalón, más allá de lo mencionado, no había pega alguna que rectificar en esta prueba. Estaba perfecto. Caída, medidas, tiro, anchos. Todo en su sitio. Si véis alguna tirantes en esta primera foto es fruto de la postura, y si os fijáis en el resto de imágenes comprobaréis que es así.
Estoy francamente contento con el resultado de este traje. Era una prenda arriesgada que reconozco que no terminaba de saber cómo podía quedar, pero desde Tomblack lo han resuelto a la perfección y el resultado ha sido, para mi gusto, magnífico. Estoy deseando recibirlo tras los retoques para poder hacer una sesión de fotos y mostraroslo en todo su esplendor.
Comentaros que en esta ocasión en la prueba me atendió Diego, otra persona que conozco en Tomblack desde hace tiempo y que también sabe cómo me gustan las cosas. Aprovechamos para preparar el siguiente encargo, del que muy pronto os hablaré.
Por cierto, recordaros que, como anuncié en el anterior capítulo de esta Guía de Estilo, los resúmenes en PDF sólo los incluiré al acabar el apartado de cada encargo, estos finalizan con la sesión de fotos final que iré publicando. De esta manera podréis tener finalmente PDFs más completos y coleccionables.
¡Buen comienzo de semana!