Recordaréis que hace un par de meses encargué un par de prendas en Sastrería Serna, en concreto una chaqueta tipo Teba y un pantalón. Ambas prendas con un aire muy desenfadado, ya no sólo por la curiosa elección de tejidos sino por el original corte y estilo que hemos pensado para cada una de ellas.
La Teba será similar a aquella que realizamos con Agustín -reconozco que nunca llegué a presentarla oficialmente- aunque estrené en Pitti Uomo el año pasado.
Como suele pasar, en esta prueba vamos a ver poco avance en cuanto al diseño y corte, pero en la práctica ya comenzamos a definir la profundidad de las sisas, la altura del cruce -bajo, como podéis ver-, el largo final de la chaqueta -algo mayor a la anterior-, el tipo y disposición de los bolsillos, y algún que otro aspecto más.
También pude hacerme una idea del efecto del tejido puesto y lo cierto es que me encantó. Resultó ser tan fresco y agradable como aparentaba en el catálogo de Cerruti 1881.
Como podéis ver, se ciñió en cintura para hacer la forma de mi espalda, a pesar de que la Teba es una prenda ligeramente suelta, le insistí a Agustín que mi idea era notar la prenda en todo momento.
Aunque en esta prueba ni siquiera probamos mangas ya que teníamos la referencia de la Teba anterior, deciros que una vez más optamos por la manga camisera que tanto me gustó y por el puño también de estilo camisero de un sólo botón y ojal.
En el caso del pantalón, reconozco que me invadió una extraña sensación al verlo completo por primera vez. Lo primero que se me vino a la cabeza es que no sería capaz de ponerme ese pantalón en condiciones normales. Su tejido moteado sobre fondo claro lo hacen francamente peculiar. Sin embargo, toda duda quedó disipada en el mismo momento en el que me lo calcé para hacer prueba.
Resultó ser un pantalón tan comodo y agradable que daban ganas de salir con ellos puestos en ese mismo momento.
Agustín me comentó que tuvo serias dudas de que aquel tejido, inicialmente pensado para chaqueta de sport, sirviese para pantalón. Pero lo cierto es que a mí me encantó. Me pareció tan confortable a la vez que combinable que nada más mirarme en el espejo comencé a pensar en posibles combinaciones. Incluso, si os fijáis, en la foto de abajo cualquiera diría que habría entrado así por la puerta aquel día.
No lo parece pero el pantalón, al igual que la chaqueta, en esta fase estaba a medio hacer. Por ejemplo, la cinturilla con el ojal postizo y botón centrado era sólo una solución provisional para poder probarlo. -Aunque reconozco que me encanto la idea para futuros encargos-. En realidad la cinturilla irá con un par de broches internos y un diseño en disminución. Algo que hasta ahora no he visto en ningún otro sitio y que fue propuesta por Agustín.
A excepción de algunos leves retoques y el ajuste definitivo del largo, las hechuras del pantalón eran las adecuadas. Y esto me sorprendió pues soy una persona con una fisionomía complicada para los pantalones y este era el primero que hacia en Sastrería Serna.
Mi experiencia con pantalones 100% artesanales ha sido realmente sorprendente. Puesto que si bien cubro con soltura mis exigencia generales con la mayoría de mis pantalones de sastrería industrial, lo cierto es que con los pantalones de sastrería artesanal la comodidad y estética va un paso más allá. Mucha gente piensa que esto sólo ocurre con las chaquetas, pero a decir verdad yo también lo noto en los pantalones. Y es que una prueba intermedia -cosa que no hacen todos los sastres artesanales habitualmente- siempre ayuda.
Por hoy tenemos poco más que contar. Quedamos a la espera de realizar la siguiente prueba en la que ya si veremos las prendas ya avanzadas o incluso terminadas puesto que Agustín a estas alturas conoce ya bien mis gustos y fisionomía. Probablemente la semana que viene pueda escaparme a Madrid para ello, y así pronto pueda contaros el desenlace de este encargo.
¡Nos vemos pronto!