Iteraciones perfumiles: Dior Sauvage (EDP)

No son pocas las dudas que abrigaba para retomar la actividad en SinAbrochar con un artículo sobre Dior Sauvage, esta vez en su concentración Eau de Parfum. Al fin y al cabo, ¿no había escrito ya una reseña sobre el EDT original? ¿Hay algo que se antoje más aburrido que un flanker de un perfume ya de por sí tachado de genérico? ¿Qué más se puede añadir a lo ya dicho, amén de “huele parecido, aguanta un poco más en piel“? ¿No se merece mi ansiada vuelta a los ruedos un tópico menos facilón, con más empaque?

No tengo una respuesta a la altura de tan razonables preguntas, más allá de que me apetecía dedicarle unas líneas a uno de los perfumes masculinos más vendidos en todo el mundo, especialmente en épocas de calor como en las que entramos ahora por estas latitudes. Y donde estén las querencias personales, quítese cualquier reparo.

Toléreseme eso sí, a beneficio de concisión y por aquello de ayudar a quienes ya tengan el EDT de Sauvage, que empiece por el final: es redundante comprar el EDP si ya se tiene el EDT. Esto no pertenece al terreno de las opiniones personales, no es únicamente mi criterio, es una verdad sólida, incuestionable, dura lex. El único motivo por el que alguien pudiera querer tener ambas versiones obedece únicamente a criterios de coleccionismo, ya que una vez pasados unos minutos el parentesco familiar es innegable. Eadem sed aliter, que diría Schopenhauer. Lo mismo, pero de otra manera.

Entonces, ¿no hay diferencias entre el EDT y el EDP?

Haberlas haylas, pero no hay ningún cambio substancial. Cuando olí el EDP por vez primera ya iba sugestionado por opiniones que defendían que se trataba de una versión más densa, rica, con más capas que el EDT. Algo parecido a lo que pasó con The One, de Dolce & Gabbana o con Bleu de Chanel. Así que me eché un par de sprays del EDP en la muñeca y antebrazo izquierdo, y del EDT en el otro lado, esperando encontrar las siete diferencias. Salí de la tienda con sigilo y sentido de la responsabilidad, consciente de las reacciones que podrían causar mis cuatro sprays de Sauvage si en aquel momento me cruzaba con una despedida de soltera, y estuve atento a cómo evolucionaban ambas concentraciones. Y esto es lo que merece ser destacado:

Aroma

Huelen muy parecido, sobre todo cuando vamos introduciéndonos en las notas medias y de base. Las únicas diferencias apreciables son las primeras notas de salida, en las que sí que se aprecia que el EDT tiene una apertura más cítrica, dentro de lo que cotidianamente se suele situar bajo el rubro de “fragancias de gimnasio”. El EDP es ligeramente más dulce (la nota de vainilla se deja entrever desde un principio), y aunque mucha gente dice que es incluso más fresco que el original, yo noto menos cantidad de pimienta y bergamota que en el EDT. Podría resumirse diciendo que las notas de salida del EDT son más juveniles, tienen ese perfil cítrico que impele a hacer cosas, a moverse, a estar siempre de camino hacia alguna meta, mientras que el EDP es una versión más madura, reposada, en la que se han limado las aristas del EDT y se ha obtenido una composición más redondeada, equilibrada, ligeramente dulce.

En las notas medias y de base, en cambio, se parecen bastante, con la diferencia que la vainilla del EDP acompaña el coro, pero no cobra protagonismo en ningún momento. Pasadas unas 5 horas, nadie podía reconocer ninguna diferencia entre la muestra que me había echado del EDT y la del EDP.

La diferencia más notable que vi, pues, está en las notas de salida, en cómo se nos presenta el perfume. En mi opinión, gran parte del éxito del original Sauvage se debió a sus notas de salida, a esa explosión de bergamota pimiento que se iba atemperando con los minutos, dando paso al ambroxan (he de escribir sobre esta nota algún día), el vetiver y el ámbar. El EDP, en cambio, se salta las notas de salida para ir directamente a las notas media y de base, subiendo la formalidad de la composición al añadir la vainilla y alguna otra nota dulce como la nuez moscada que, sin sobresalir significativamente, le da esa pátina de madurez, de composición bien balanceada, que no tenía el EDT.

Rendimiento en piel

Este no era un departamento en el que hiciera falta ninguna mejora sobre el EDT, como ya comenté en la reseña original. Sin embargo, y como suele pasar cuando nos encontramos con un perfume presentado en estas dos concentraciones (con la deshonrosa excepción de Bleu), con el EDP de Sauvage tenemos una mayor longevidad (una hora o dos más que el original, llegando a las 10 horas en piel), pero una menor proyección (unas 3 horas). Este fenómeno es común cuando se aumenta la concentración del perfume, como ya comenté en alguna ocasión.

Así pues, la duración en piel es muy buena y la proyección es respetable, quedándose ligeramente por debajo de su versión original en EDT.

¿Cuál elegir?

Para primavera / verano, la versión EDT. Si bien el EDP se podría llevar, la versión original es mucho más adecuada, más refrescante, dinámica.

Para épocas que invitan a taparnos más, ambas son muy buenas opciones, pero me inclinaría más por el EDP. Me parece ligeramente más interesante, menos simple. El EDP sería una versión del EDT sin sneakers, ligeramente más formal.

El hecho de que el EDP proyecte menos también puede ser un dato a tener en cuenta para los que quiera un perfume para el día a día, pero que no quieran hacerse notar demasiado en su entorno laboral. El EDT anuncia su llegada sin complejos, mientras que el EDP es algo más reservado. Si, en cambio, te interesa llamar más la atención, el original es la mejor opción.

En relación a las opiniones femeninas, ambas despiertan amores. Su ADN es el mismo y las reacciones que se obtienen con ambas tienen el mismo entusiasmo.

Así las cosas, y redundando en lo que dije al inicio del artículo, si ya tenemos el EDT no veo necesario hacernos con el EDP. Ambos son animales muy parecidos, cumplen objetivos similares. Sauvage (cualquiera de sus concentraciones) es un buen perfume, es versátil, tiene estupendas reacciones ajenas y además su rendimiento es muy bueno. Dejando de lado que no se trata del summum de la perfumería, así como que su enorme popularidad lo ha vuelto un aroma común, sigue siendo una muy buena opción.

Dicho lo cual, espero que hayáis disfrutado con la entrada de hoy y que dejéis algún comentario en el foro sobre el superventas de Dior.

¡Hasta la próxima!

aitor@sinabrochar.com

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