A estas alturas todos somos ya plenamente conscientes de la relación entre el vestir y nuestro estado de ánimo. La vestimenta no es más que otro reflejo visual de nuestro interior, bien positivo o negativo, y es probable que se vean directamente influenciados. Pero esta relación es bidireccional, es decir, que funciona tanto de dentro a fuera como al revés, también de fuera a dentro.
Por ello, en momentos en los que tu interior flaquea puede ser interesante tratar de obligarnos a cuidar el aspecto exterior. Y digo obligarnos porque muy probablemente lo que nos dicte el ánimo desde dentro es que se trate de un tema menor que ya resolveremos en otro momento mejor. Pero NO, estamos en ese caso totalmente equivocados, no se trata de un tema menor en absoluto. Tiene un poder que no podemos obviar.
Por momentos puede parecernos superficial e irrisorio el hecho de poner atención a nuestra vestimenta o cuerpo cuando sientes quizás que tu mundo se desmorona por dentro. Pero realmente parte de esa necesaria reconstrucción vital debe reflejarse al mundo, debes demostrártela a ti, y tienes que hacer que sea palpable, visual. Además es probable que en realidad esta sea la parte más sencilla de todo tu proceso personal. Por eso ¡ aplícalo cuanto antes! porque los resultados son visibles desde el primer día.
Quizás el primer día te sientas forzado, disfrazado, incluso incómodo y contrariado. Tu mente trata de protegerte y el mantenerte en una zona de confort controlado y de perfil bajo es su forma de hacerlo. Pero pasarán los días y tu actitud empezará a cambiar. Volver a usar esa camisa que tan bien te sienta, esos zapatos que tanto te gustan, probar ese nuevo peinado con el que nunca te atreviste, o simplemente mirarte al espejo y descubrirte sonriendo es toda una terapia impagable y francamente recuperadora.
Y no tienes que sentirte mal por ello, porque te lo mereces y lo necesitas. No sirve de nada tratar de decirle al mundo con tu actitud e imagen que todo te da igual y sientes que en ese momento tu vida no tiene mucho sentido. Hacer esto no sirve absolutamente para nada más que para regodearte en tu problema, y no para solucionarlo.
Y sí, la teoría la sabemos todos y quizás yo la escribo en forma de este artículo para convencerme y ponerla en práctica, pero si nos paramos a pensarlo, no hay ningún aspecto realmente negativo en probar esta estrategia, así que.. ¿por qué no probarla?
¿Tú qué opinas? Has vivido algo similar y te apetece contarlo..? Ya sabes que tus comentarios y aportaciones son siempre bienvenidos.
Gracias por leer hasta aquí.
Un saludo

Tienes toda la razón Salva. Somos creadores de nuestra realidad y para ello todo empieza en nuestro interior que es un reflejo de nuestro estado exterior.
Hola.
Así es. El cambio sólo está en nosotros.
Un abrazo
Salva