Cada vez que hay oportunidad y paso unos días de descanso con la familia por tierras catalanas decidimos ir a Sitges, porque es un lugar con cierto encanto especial. No sé si por su gente variopinta, su oferta gastronómica o su paisaje costero. Para quien no lo sepa, Sitges es conocida por ser una de las capitales veraniegas del turismo gay en Europa. Sin embargo, gusta a todo tipo de gente porque el ambiente diurno es muy familiar, tranquilo y acogedor. Sin duda alguna un lugar perfecto para pasar unos días de vacaciones y desconexión, sin importar edad, raza, religión o condición sexual. Y eso es realmente su gran atractivo.
Este pueblo de la costa catalana rodeado de montañas y flanqueado por el mar resulta por momentos paradisíaco y tradicional, una mezcolanza exquisita entre dos mundos que parecen no entrelazarse con frecuencia.
Un lugar donde la fotografía cobra un nuevo sentido descubriendo nuevos rincones a cada paso, jugando con la luz, sombras y el mar salpicándote suavemente en la cara cuando paseas por los aledaños de la Parroquia de Sant Bartomeu i Santa Tecla. Un lugar mágico situado al borde de un pequeño acantilado donde rompe el mar con cada ola.
Lógicamente el atuendo a vestir para un lugar así difiere mucho según la época del año en la que nos encontremos. En esta ocasión, en pleno Invierno y aun con temperaturas ligeramente cálidas, era necesario ir abrigado, y claramente informal. Por ello elegí unos pantalones vaqueros de Levi´s, en concreto el modelo 511, algo más slim fit, que combiné con estos derby en calf color chocolate procedente de un encargo MTO a Vidal Fernández, del que ya os hablé hace un par de años.
En la parte superior decidí optar por una camisa denim oscura realizada a medida a Haberdashers, combinada con un cardigan color tostado de Uniqlo. Y cubriendo todo una parka color verde khaki de Sfera, adquirida esta temporada. Y como gafas de sol, en esta ocasión, unas TBD Eyewear, la firma de mi amigo Fabio Attanasio.
Y es que además de perderse por sus calles, disfrutar de sus restaurantes y sus gentes, no hay nada como caminar por el Passeig Marítim y disfrutar de la tremenda puesta de sol que nos ofrece una preciosa luz perfecta para inmortalizar momentos inolvidables.
Sitges es de esos sitios que sabes que siempre vas a volver, y que acabas haciéndolo siempre que tienes oportunidad.