Gracias a Vidal Fernández, casa zapatera de origen toledano, hoy tenemos una nueva review de un zapato que estoy seguro que no dejará indiferente a nadie.
Se trata de su modelo Penny, zapato que aúna elegancia y sencillez en todas sus líneas, con una horma muy similar a esos Tassel loafers que personalmente tanto me gustan.
Este zapato debe su nombre a ese antifaz que en Estados Unidos los universitarios usaban para alojar un penique – Penny en inglés- entre su orificio y lengüeta.
A pesar de ser un mocasín está muy lejos de la informalidad de un beefroll, y por ello sus líneas clásicas y sencillas lo acercan más al ámbito de un zapato formal. Pero no por ello pierde polivalencia si queremos usarlo en un entorno más desenfadado.
Se trata de un zapato que a pesar de disponer de una horma contenida y compacta, la ausencia de borlas u otro elemento decorativo hace estilizar el empeine y nos realza sus formas.
En este caso el empeine no es del todo limpio ya que, además del antifaz, cuenta con un cosido en forma de bordón en todo el perímetro de la puntera y empeine.
El diseño y forma del antifaz se ha convertido en un símbolo por parte de algunas marcas, hasta tal punto de poder identificar un modelo sólo con la visión parcial de este elemento, como ocurre con los mocasines López de John Lobb.
En el caso de este modelo la forma de la parte inferior y el orificio central me parecen tan sencillas como bonitas e identificativas.
Ahora bien, no todo es positivo en este elemento, ya que al ir cosido el antifaz a cada lateral hace que la lengüeta interior tenga menos flexibilidad y nos dificulta la introducción del pie, sobre todo si contamos con un empeine alto en la morfología del pie.
Lo curioso es que una vez introducido el pie el zapato es perfectamente cómodo y se adapta como un guante. Quizás este es una ventaja y a la vez inconveniente de tener una boca algo más estrecha.
A esto se le suma que la piel -de la que hablaremos a continuación- es más dura inicialmente que por ejemplo un ante, por lo que al principio puede resultarnos un poco complicado calzárnoslo.
En mi caso con llevarlo a un zapatero y meterlo en horma ensanchadora durante un par de días, por un coste de tan sólo 2.50 euros, la cosa ha mejorado muchísimo.
Ahora hablemos de la piel. Se trata de una tipología llamada Rois, a medio camino entre un Calf y un Rectificado. Con más brillo que el primero pero más flexibilidad que el segundo.
Al ser más flexible que la piel rectificada, notamos que aparecen menos arrugas que en este con su uso, por lo que esto es un punto positivo. También su pátina es mucho menos brillante y más cercana a un Calf con cierto pulido.
Esta piel podemos verla, por ejemplo, en algún zapato de Berwick.
Sobre el denominador Cordovan, que nadie se lleve a engaños, tal y como comenta la propia marca, no se trata de una piel de anca de potro, sino que sólo lleva su nombre por la proximidad en el tono del color.
Respecto a la construcción y suela nos encontramos el mismo sistema, material y calidades que comenté en la review de los mocasines de lazo y ante que aquí podéis ver.
Veamos cómo quedan en su medio natural, que es puestos!
Es un zapato que como veis, por su color y diseño podría usarse perfectamente desde con un traje gris hasta con uno azul marino, o incluso unos vaqueros azules.
Veamos un poco más…
Este zapato podéis encontrarlo directamente en la web de Vidal Fernández y tiene un precio de 140 euros, que considero una vez más que es un precio muy correcto para el nivel de acabado y calidad que encontramos.
Creo que es una buena alternativa a los oxford para el traje del día a día, y por supuesto una buena excusa para olvidarnos de los beefroll -mal llamados Castellanos- con el traje.
Encontraréis más información en: