El Lino es un material que erróneamente hemos asociado siempre, y únicamente, a la época estival. Sin embargo, se trata de una fibra de origen vegetal, proveniente de la planta que le da nombre, que por sus cualidades temorreguladoras, ligero y resistente puede ser perfectamente equiparable al algodón. Quizás por su propensión a la arruga se ha asociado con el Verano por tratarse de un período en el que normalmente vestimos de manera más informal y relajada. Pero lo cierto es que no habría inconveniente en vestir prendas de lino en casi cualquier otra época del año, sobre todo en camisas y chaquetas.
Todos los linos no son iguales, y su calidad, tamaño de fibra y gramaje harán que ese aspecto por el que mucha gente lo rechaza, no sea tan condicionante en ocasiones. Es decir, existen linos con mucho más cuerpo y peso que no tienden a arrugar tanto y si lo hace es de otra forma y con mayor recuperación natural, como le sucede al algodón.
La chaqueta que os muestro en el look de hoy la encargué la temporada pasada siguiendo el proceso Made To Measure de mis amigos de Haberdashers, y para ello elegí un lino de Drapers al que le tenía ganas desde hace tiempo. Un tono tostado precioso que combina a la perfección desde con unos jeans azules hasta con un pantalón gris de vestir, pasando como en el caso de hoy, por unos pantalones de algodón de corte algo más formal y sastrero.
Un lino de mayor gramaje tendrá un ligero aspecto externo acartonado, sobre todo cuando arrugue, pero su tacto y sensaciones se acercarán más a las de un algodón grueso de Invierno que a las de un tejido de Verano. Por lo tanto será perfectamente factible para épocas de entretiempo o en regiones donde el calor agobie tanto, y comience a hacer incluso algo de fresco. Será tupido, con una trama cerrada, lejos de la levedad y transparencia de los linos usados en camisería.
La combinación de estos linos con complementos de ante o serraje suele ser muy favorecedora, entrando en un juego de texturas muy interesante, y en diferentes tonos de tostado, como en este caso, se convierte en una opción redonda.
La experiencia me dice que en el caso de la camisería, a la hora de escoger las medidas y largos si debemos tener en cuenta que ese lino ligero y esponjoso que apreciamos en el catálogo, tras un lavado -aunque sea en frío- tenderá con toda probabilidad a encoger y cerrarse con lo que acortará las medidas finales de nuestra camisa, además de cambiar su tacto por uno quizás más áspero y seco. Es por ello que debemos dar algo de margen a la hora de ajustar el fit de nuestras prendas previendo esta transformación posterior.
Sin embargo, en el caso de la chaqueta esto no sucede y por tanto no debemos tenerlo en consideración. Puesto que ésta en cualquier caso será lavada a través de un proceso en seco en tintorería. Pero además, al tratarse de un tejido más compacto y entramado no es probable que tienda a transformarse. En todo caso su fibra se amoldará y adaptará a nuestra fisionomía con el tiempo y uso.
Desde aquí os invito a analizar con calma y tranquilidad este tejido, incomprendido por muchos, que puede aportar grandes aspectos a nuestros looks de entretiempo algo más desenfadados y cotidianos.
¡Buen comienzo de semana a todos!
Espero que os guste el look de hoy.