Cierto es que igual que hoy hay muchas formas de llevar un traje cabe pensar que hay muchos tipos de relojes para llevar en cada una de estas situaciones, y en parte es cierto. Pero igual que podemos llevar un polo y unas zapatillas con un traje sport de algodón, debemos saber que la línea entre lo correcto y desenfadado en contraposición de lo vulgar y desmedido a veces puede ser muy delgada y difícil de manejar.
En las últimas décadas se ha ido normalizando tanto el uso de relojes surgidos del mundo del deporte (motor y buceo sobre todo) que la gente piensa que pueden llevarse en cualquier ocasión. Probablemente al pensar que al tratarse de un producto de alto valor ya se asocia inmediatamente con lujo y para muchos la conexión de lujo elegancia es directa. Y no siempre es así.
Un Audemars Piguet Royal OAK Offshore por muy impresionante que sea jamás será un reloj adecuado para vestir con un traje, probablemente ni siquiera una americana. Descubramos porqué…
¿Cómo debe ser un reloj para traje?
Desde mi punto de vista, si hay una cualidad con la que debe contar un reloj para traje debe ser la discreción. Y para ello debe ser irremediablemente comedido en sus proporciones. Un reloj que no es capaz de esconderse bajo el puño de la camisa está muy alejado de ser discreto. Un reloj que por su color llama la atención nada más descubrirlo deja de ser discreto.
Un reloj discreto es aquel que pasa desapercibido, pero hay quienes compran un reloj precisamente para dejar claro su estatus socio-económico. Pero cuidado porque también podrás dejar clara tu falta de elegancia y discreción con una elección errónea del reloj.
Una alternativa interesante para ciertos trajes y momentos puede ser la elección de algún reloj tipo Bauhaus o minimalista que han cogido auge con marcas como Nomos Glashütte.
Otra de las características que debe tener un reloj para traje es vestir siempre correa de piel, nunca brazalete metálico. Esto es algo que le chocará mucho sobre todo a aquellos acostumbrados a portar su Rolex. Pero es que recordemos que, por ejemplo, un Submariner es enteramente un reloj de buceo. Jamás se pensó, diseño y se ideó para vestir con traje. Probablemente el británico ficticio James Bond tiene gran culpa de ello con sus películas del conocido agente secreto. Pero no tenemos que creernos todo lo que sale en la gran pantalla.
Así que en efecto, un Patek Philippe nautilus o un Audemars Piguet Royal OAK tampoco serían opciones válidas para vestir a priori con traje en sus versiones más conocidas. Aunque ciertas versiones de cajas más delgadas y corras de piel podrían encajar mucho mejor.
La correa de piel aporta un toque natural, artesano, clásico. Podemos optar por un modelo de cocodrilo negro o marrón oscuro. Aunque cuidado porque la norma dice que toda parte de piel debería combinar entre sí, por lo que lo correcto sería llevarlo del mismo color que los zapatos. Aunque si optamos por un marrón muy oscuro pudiera servirnos sin problemas. También podemos optar por correas tipo calf o pieles de texturas más discretas como la que porta el reloj que encabeza este artículo.
Otro aspecto, también en línea de la discreción, es el diseño de la esfera. Este debería ser sencillo, sin ser demasiado recargado ni recurrir a colores demasiado intensos o contrastados. Lo ideal es siempre tirar a esferas blancas, grises, marfiles, y en algunos casos concretos negras o azules. Pero una vez más lo sencillo y simple ganará la partida a lo enrevesado y barroco.
Estos serían algunos de los tips principales que yo pongo en práctica a la hora de decidirme por un reloj para traje. No he querido entrar en modelos concretos porque la verdad es que hay miles de opciones y variantes interesantes por las que podemos optar y adaptar a nuestro gusto aunque a priori estas premisas puedan parecer muy acotadas. Si quieres profundizar más sobre este tema quizás te parezca interesante mi Revista «La Colección Perfecta de Relojes«.
Gracias por leer hasta aquí, espero que te haya gustado esta información. Recuerda que cualquier comentario o sugerencia son siempre bienvenidos.
Un saludo
