Asia encierra tras sus fronteras una representación cada vez más nutrida de artesanos y profesionales que demuestran cada día estar al más alto nivel, basando su trabajo en una exquisita mezcla entre la vanguardia y el respeto por lo tradicional.
Reconozco que siempre he sido reacio a tratar aquí lo que personalmente no conozco. Sin embargo, llevo tiempo siguiendo en la distancia el trabajo de este taller japónes y cuanto más descubro sobre ellos más me atrae.
La historia de Hiro Yanagimachi comienza a gestarse cuando, tras estudiar Diseño Industrial y trabajar como diseñador, decide transladarse en 1995 a Reino Unido para formarse en la prestigiosa London Cordwainers College, donde aprende las primeras nociones sobre zapatería artesanal a medida en lugares como John Lobb. Dos años más tarde, en 1997, vuelve a Japón para seguir como diseñador, pero desencantado con ello decide tantear nuevas oportunidades hasta que en 1999 termina por abrir su propio taller, dentro del World Footwear Gallery.
En 2008 termina por establecerse por su cuenta en el establecimiento actual. Y si hasta entonces únicamente ofrecían zapatos RTW y Bespoke, a partir de 2012 ponen en marcha un interesante servicio Made To Order.
Yanagimachi ha sido capaz de crear un producto con identidad propia y personalidad, y uno de los aspectos que dan fe de ello es que en muchos modelos tan sólo con verlos, incluso a cierta distancia, ya somos capaces de identificarlos y diferenciarlos de otras marcas o artesanos.
Hormas triangulares en su tercio delantero, anchas en su parte central, con perfiles bajos y estilizados son algunas de su señas de identidad. Todo ello sumado a un pulcro detalle y acabado hacen de los zapatos de Hiro Yanagimachi perfectamente reconocibles aún sin apreciar ningún tipo de etiqueta, marca o troquel.
En conjunto, y en líneas generales, estamos ante hormas con una apariencia moderna e innovadora, pero sin alardes superfluos. Zapatos que destilan naturalidad, totalmente funcionales y usables en el día a día. Ese parece ser el denominador común en este taller japonés.
Como decíamos antes, otro de los sellos de identidad de esta firma es, además de la sencillez de sus diseños y líneas, la asombrosa perfección en sus acabados, perfectamente rematados, cortados y cosidos en cualquiera de los rincones en los que nos fijemos. Ello, irremediablemente, enfatiza ese aura de objeto deseable pero sin hacerlos pasar por piezas exclusivamente dignas de un museo.
Como podremos apreciar a continuación, allá donde miremos encontraremos acabados limpios, bien calculados y detallados al máximo.
Y no nos engañemos, este nivel de perfección no es fruto de la más moderna y calibrada de las máquina, sino de la paciencia, experiencia y buen hacer de la mano de los artesanos que trabajan para Hiro Yanagimachi.
Un trabajo realizado completamente a mano, desde el corte, el rebaje de la piel, los picados, los cosidos de la suela, los remates del canto, el aplique del tacón… Las máquinas se utilizan únicamente para tareas en las que el acabado es mejor que a mano, como ocurre con el aparado del cuerpo del zapato.
Veámoslo parte del proceso a través de las siguientes imágenes:
Y mucho más…
Esta es la base de fabricación de sus zapatos, los cuales podremos encontrarlos en mediante tres fórmulas distintas: Made to Order, Made to Measure, y Bespoke. Y por si hubiera algún tipo de duda, en la web nos deja claramente clasificadas las variaciones y servicios de cada opción:
En cuanto a precios, el MTO se mueve, al cambio, entre los 1.200 y 1.700 euros. El MTM parte de los 2.100 hasta los 2.600 euros. Y finalmente el Bespoke entre los 3.000 y 3.500 euros el par.
Sin duda, no son una opción para todos los públicos, pero si pueden convertirse en un bonito capricho algún día. Mientras, sigamos disfrutando de estos magníficos zapatos aunque sea a través de la fotografía.