¿Elegancia sin condiciones?

Hace ya un par de meses que no reflexionamos juntos, porque quizás hemos estado ocupados entre tantas Reviews, Looks del Día y Reportajes. Pero no me gustaría abandonar las viejas costumbres, máxime cuando es para provocar un buen debate entre nosotros.

Como ya supongo que sabéis, en el Foro últimamente estamos gozando de gran actividad y cada vez más usuarios deciden registrarse y participar. Esto, cómo no, me llena de orgullo y alegría pero también me hace pensar de vez en cuando sobre cuál es el tipo de persona que sigue a SinAbrochar, quiénes se sienten identificados con los principios y estilos que aquí se comparten, o cuáles son los gustos personales de cada uno.

Cada día nos vamos conociendo mejor y descubrimos personalidades, detalles y particularidades de cada uno, pero lo mejor de todo es que nos damos cuenta de que, aun siendo personas de distintas ciudades, entornos y edades, existen puntos en común que nos unen en más de una ocasión.

Este es uno de los puntos que quiero tratar hoy: La edad.

Según una pequeña encuesta que comenzamos a realizar en el Foro hace ya unos cuantos meses y en la que participaron unas 90 personas, los hombres que nos visitan tienen una media de edad comprendida entre los 19 y 45 años, estando un 55% de ellos en la franja entre los 31 y 45 años.

Pero también es llamativo descubrir que un 25% del total tienen una edad entre los 19 y 25.

Cada vez más gente se da cuenta que no hace falta ser un hombre maduro o esperar a trabajar en un bufete de abogados para vestir bien. Igualmente tenemos que ser conscientes de que vestir bien es mucho más que calzarse un traje todos los días.

El hombre que viste bien lo hace tanto cuando va de sport como cuando debe ir en traje. Por ello me causa asombro el escuchar comentarios de gente diciendo… “Estoy haciendo un buen fondo de armario para cuando termine la carrera” o “los fines de semana voy muy elegante para salir”.

Es cierto que todos tenemos que vivir y actuar de acuerdo a nuestra edad y entorno, pero tampoco es bueno dejarnos llevar demasiado por las opiniones de los demás. Está claro que no vamos a ir a la universidad ataviados con un traje y corbata, pero perfectamente podríamos ir cada día con unos chinos, camisa y americana. ¿Por qué no?

Desde hace un tiempo llevo pensando en ello, y creo que si algunos se toman la licencia de vestir en chándal para su día a día o se calzan zapatillas deportivas para ir a trabajar… Porqué otros no podemos hacer lo contrario y darnos el permiso de vestir con unos Tassel de ante o una americana de tweed.

Si es que de permisos se trata la cosa…

Vestir bien no tiene porqué ser cosa de hombres de mediana o avanzada edad. Yo a mis 29 años me he dado cuenta hace no mucho que siempre debemos vestir para nosotros mismos, nunca para los demás. Aunque es cierto que nos pasamos todo el día aprobando o descartando prendas y accesorios por su correcta o no utilización en determinados eventos o circunstancias.

Pero los problemas no solo vienen en el vestir de una circunstancia concreta. Yo diría que es en esos momentos cuando el riesgo es menor ya que simplemente ciñéndonos al protocolo podemos ir perfectamente correctos.

Sin embargo, en el resto de situaciones en las que tenemos carta libre es cuando nos sentimos desamparados ante la ausencia de dictados que ordenen nuestra vestimenta. En ese momento es cuando más dudas nos surgen -o cuando más errores cometemos-.

No todos podemos ser abogados, ni todos acudiremos cada semana a reuniones con clientes importantes, ni trabajaremos en una sastrería… Entonces, ¿Debemos renunciar a vestir de forma elegante?

Yo opino rotundamente que no. Porque podemos ser profesores de colegio, informáticos, pintores, médicos ó ingenieros. Y no por ello debemos vulgarizar nuestro día a día sin darle la menor importancia a nuestra vestimenta o aspecto físico.

Es más, en este Blog los Looks del Día que propongo suelen distar mucho del conjunto traje + corbata del típico ejecutivo medio.

Entiendo que quizás los más jóvenes esperan con paciencia que llegue ese momento de independencia económica que les facilite acceder a determinados productos a los que ahora les cuesta mucho llegar. Pero lo cierto es que cuesta lo mismo vestir bien que hacerlo mal. ¡No me malinterpretéis! Quiero decir que lo que importante de verdad es la actitud, ya que hoy en día encontramos muchas marcas que ofrecen productos con un diseño y materiales más que suficientes para comenzar a vestir bien.

Con el tiempo aprenderemos a valorar detalles y exigirles más a nuestras prendas y accesorios.

Progresivamente el joven caballero español va desprendiéndose de sus miedos… El miedo a las americanas/blazers parece ya superado. Empezamos a dejar de asustarnos al usar corbata, en parte gracias a la proliferación de modelos más polivalentes y sport. Y poco a poco nos vamos atreviendo a rellenar nuestros bolsillos con divertidos pañuelos.

Como corolario podemos dar respuesta a la pregunta del título: