Americana Shepherds de Sastrería Serna. (Capítulo 2)

La semana pasada, en mi último viaje a la capital programé con Agustín de Sastrería Serna la Primera Prueba de esa nueva chaqueta de la que ya os hablé en este primer artículo.
Recordaréis que, como ya va siendo tradición con esta sastrería, esta americana contará con detalles un tanto especiales. Algunos de ellos no los contemplaremos todavía, por tratarse sólo de la primera prueba, pero otros ya iran tomando forma.
Unos días antes avisé a Agustín para ver si existía la posibilidad de que se terminase de montar la primera prueba cuando yo estuviese allí, para que de esta forma pudiera ver cómo se hacía y poder incluir ese proceso en este artículo.

 

Con todas las piezas ya cortadas, tanto delanteros como espalda, Agustín realiza el bosquejo de lo que serán los elementos principales para la primera prueba. Para ello se ayuda de un hilo de algodón y aguja, con el que va hilvanando todos los detalles a modo de líneas de referencia.
Estas líneas serán privisionales y sacadas a partir de la toma de medidas a la hora del encargo, que pasarán a ajustarse en esta primera prueba.
Como podemos ver, también se han marcado sobre el tejido los bolsillos, tanto de pecho como inferiores, algo que realmente no es necesario, pero que ayuda a hacernos una idea de la situación final que podrían tomar, así como nos ayuda para tomar proporciones.

 

 

Todos esos hilvanes que véis ayudan también a adherir la entretela al tejido, para darle cuerpo. Pero no lo hace de cualquier forma. El sastre en función de lo que desee tomará hilvanes de una forma u otra. En ocasiones de forma “plana” y en otras “arremetiendo” tejido de cierta forma para conseguir determinados efectos sobre éste. Recordemos que la labor del sastre es conseguir que un objeto en dos dimensiones -el tejido- pase a adaptarse a la perfección a nuestras tres dimensiones. Y esto no se consigue simplemente cosiendo piezas unas tras otras.
Abajo vemos cómo Agustín hilvana la zona de la solapa para que luego pueda picarse de manera que el picado no cale en el reverso del tejido pero si otorgue al tejido de forma y giro para que se nos pegue al pecho.
Arriba vemos como se hilvana la zona de doblado de la solapa hacia el punto de cruce -esa línea hilvanada en perpendicular situada en la parte inferior de la foto-, lo que nos marcará el escote y amplitud provisional de solapa.
En este punto a veces estáis a tiempo de hacer ciertos retoques. Como ocurrió en mi caso que propuse la inclusión de un nuevo tipo de solapa con cran profundo y un detalle un poco especial en el cuello.
Bajo estas líneas vemos parte de la técnica que usa Agustín para hilvanar, haciendo arrugar el tejido y pasando la aguja con una facilidad asombrosa.
En la imagen de arriba vemos el interior del delantero ya hilvanado. Y si nos fijamos bien también podremos ver el picado de la solapa -en la parta inferior de la imagen-. Aquí podemos ver la entretela tipo plastrón y una guatina que nos ayudará a dar forma y volumen al pecho, evitando arrugas. Su grosor es ínfimo, en cambio sus ventajas son muy interesantes.
Una vez que se ha terminado de hilvanar y preparar los delanteros, se procede a plancharlos, de esta manera comenzamos ya a diferenciar los pliegues delanteros y ciertos detalles ya más reconocibles por neófitos ojos.
Ahora sí salimos del taller para pasar al probador y vivir lo que experimenta un cliente habitualmente, la verdadera Primera Prueba. Para ello Agustín me calza como puede ese esbozo de chaqueta que comienza a tomar forma. Abstracta, pero forma al fin y al cabo.
Los más avezados notarán rápidamente en la siguiente imagen algo extraño. Efectivamente, esa espalda no corresponde con el tejido de cuadros que habíamos elegido para la chaqueta, y que hasta ahora habíamos visto.
¿Por qué?
Si recordais lo que comentamos en el primer capítulo, uno de los elementos más diferenciadores y especiales de esta chaqueta lo encontraremos en la solución de la espalda. Ya que optaremos por una sola pieza en la parte superior -sin costura en centro de espalda-, una pieza inferior en dos partes con abertura central y por último un cinto o martingala que ceñirá en la cintura y cubrirá la unión de ambas partes principales.
Por la complejidad técnica que tiene dicha solución, agravada por el hecho de que el tejido cuenta con cuadros que casar, Agustín pensó que hacerlo directamente con el tejido final sería demasiado arriesgado. Por ello optó, inteligentemente, por hacer esta primera prueba con un paño provisional, para luego pasar el corte, disposición y detalles a las piezas finales en el paño definitivo. Una prueba más de que la experiencia es un grado.
Lo primero en esta prueba es ajustar los hombros y escote, para pasar a marcar el cruce real y deseado por el cliente. En este caso, por ejemplo, se tuvo en cuenta que la solución de hombros iba a ser esa de la que tanto os hablé en este artículo, con hombros de medida amplia y sisa ajustada para conseguir realzar la diferencia cintura-hombro, consiguiendo aquel efecto que comentábamos en su día.

 

En la imgane de arriba podemos ver cómo Agustín reajusta el punto de cruce comprobando que el punto será más profundo de lo que se había medido inicialmente.
En realidad todo se reajusta una y otra vez, y los hilvanes se deshacen y rehacen en función de lo que la fisionomía y los gustos del cliente demandan hasta llegar a lo que se pretende.
Por último, y aunque en esta prueba no es imprescindible, se toma una referencia del largo final y aberturas del delantero que se buscan. Aunque estos puntos se verán con detalle en la siguiente prueba.
Agustín mide, compara y repasa cada elemento.
Es en este punto cuando debemos quitarnos el esbozo de prenda para que vuelva al taller y siga su curso el proceso de confección artesanal que nos deparará la siguiente prueba en la que ya podremos apreciar muchos más detalles y elementos.
Una vez más quedo asombrado por la calidad en el trabajo, el ingenio y originalidad de los profesionales de este gremio como Agustín, que me demuestra cada día dónde está el verdadero encanto de poder crear no sólo una prenda sino una pieza única fruto de nuestros gustos, medidas y antojos. Si esto no es todo un lujo…
¡Seguimos con la semana!



 

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