Si bien el anterior capítulo de esta serie me resultó notablemente más sencillo, pues como sabéis en los últimos meses profesionalmente he tornado hacia el mundo de la fotografía, lo cierto es que en esta ocasión no puedo hablar por experiencia propia pues no he sido, ni creo que vaya a estar en mi planteamiento vital ser abogado.. Pero vamos a intentarlo!
Diría que la abogacía es probablemente una de las profesiones más encasilladas del panorama laboral en lo que a vestimenta se refiere. Culpa quizás del cine o de la propia imagen que han ido labrándose con el tiempo. Igual que quizás un arquitecto ha podido transmitir vanguardia, modernidad e incluso informalidad, la figura del abogado ha transmitido siempre respeto y seriedad. Y no es para menos pues las veces que solemos requerir de los servicios de estos tratamos con gran probabilidad temas serios e importantes, que quizás inconscientemente nos hagan buscar alguien que transmita los valores antes mencionados.
Reconozco que para este caso he tenido presentes a personas cercanas a mi entorno que se dedican de una forma u otra a esta profesión, pero en especialmente ha venido con recurrencia a mi mente mi amigo Pedro Gonzalvo. A quien conozco desde que éramos unos críos, y en estos más de 30 años de amistad he podido ver su evolución hasta convertirse en un reputado abogado y padre de familia, afincado en Sevilla.
El día a día de un abogado me lo imagino en un traje gris medio de micro pata de gallo como este que vemos de Suitsupply, de hombros relajados, proporciones equilibradas, clásico en sus formas y detalles con bolsillos de vivos con solapas, configuración de cruce de dos botones y solapa bien balanceada en proporciones.
Reconozco que con traje suelo ser más propenso a los tirantes que al cinturón, pero en este caso y como atuendo profesional, dada la interpretación actual del uso de tirantes me parece quizás más adecuado la opción de cinturón. Más discreto, sencillo y probablemente útil. Este que vemos aquí con la hebilla curvada -una licencia que quizás podríamos permitirnos en este caso- es también de Suitsupply. También de esta firma holandesa son los mocasines de borlas que vemos en el look. Una alternativa a los clásicos oxford a la que podemos optar para salir quizás de lo habitual.
La camisa, sin embargo, he optado por esta que vemos de Viola Milano, en un tejido mil rayas azul claro que podríamos considerar una de las camisas de batalla de todo aquel que vista con traje. En este caso con cuello italiano ligeramente curvado y, eso sí, puños con botones para evitar los gemelos por quizás relajar al atuendo de excesiva ceremonia. Aunque, por supuesto no podríamos prescindir de la corbata. En este caso y diría que lo más recomendable en este sector, es escoger o bien tejidos lisos o motivos regulares discretos y elegantes. Esta también de la colección de Viola Milano.
Como todo buen abogado, entiendo que el manejo de documentos a diario hace imprescindible el uso de un práctico maletín, y para ello he escogido este de los franceses Bexley en piel grabada negra, que he de decir que lo tengo en tono marrón y su relación calidad/precio es incuestionable.
Dentro del maletín no podría faltar un bloc de notas. En este caso una edición especial de Yves Saint Lauren para Moleskine, y un práctico bolígrafo Drehgriffel de Leuchtturm1917 nacido de la colaboración con la revista británica Monocle, y una preciosa y funcional pluma Kaweco AL Sport Raw.
En la muñeca, para controlar las largas horas de espera en los juzgados, un elegante Master Ultra Thin Fase lunar de Jaeger LeCoultre. Para terminar y entendiendo que las largas horas de lectura irremediable que requiere esta profesión a muchos pasaran factura en su vista, estas gafas Soho 22 de Archy Welfare pueden ser una gran opción.
Bueno, si eres abogado y quieres levantar acta con algún requerimiento ante mi anterior disertación, siéntete libre de hacerlo.
Si has llegado hasta aquí, gracias por leer y nos vemos en el siguiente artículo.
Un saludo
